UN HOMENAJE
Un nuevo anuncio que me desilusiona. Una niña juega en un parque con un perro, la niña desaparece y el perro se queda solo. Busca y busca, pero está solo. Me dije: ¡por fin un anuncio para concienciar sobre el abandono de animales! Pero no. ¡Qué desilusión! La niña está enferma o ha muerto y parece ser que ya nadie cuidará del animal. Tantas veces sucede. El anuncio solo viene a decir que si luchamos contra la leucemia el animal no será abandonado. Tantas cosas contra las que luchar para que un animal no quede abandonado: una enfermedad, una muerte, las vacaciones, me cambio de piso, se hace pis en casa, soy alérgica, demasiada energía, no tengo corazón…
Que nadie me malinterprete. Mi madre murió de leucemia y creo que debemos luchar contra todas las enfermedades, pero no justifiquemos tan fácilmente el abandono de animales. Además, ese anuncio hubiese conseguido su objetivo de forma más eficaz si en vez de una niña y un perro aparecieran en él una madre y su bebé, y después el bebé huerfanito llorando porque se ha quedado solo. Aún hay poca sensibilidad en nuestro país con el sufrimiento animal.
He borrado todo lo que ayer escribí con amargura después de ver el anuncio y decido ensalzar a las personas de bien. Quisiera hoy dedicar mis reflexiones a todos aquellos que ven en los animales a sus “hermanos pequeños”.
Para empezar debo dar las gracias a todos mis amigos de facebook por admitir sin una queja los cientos de mensajes que reciben sobre perros abandonados, maltratados, perdidos, gatos y perros tristes…, poemas sobre burritos, animales sin derechos. Se los envío yo.
Es justo homenajear a la gente de corazón. A lo largo y ancho de España hay cientos de personas que dedican una parte importante de su vida a ayudar a los miles de animales que necesitan ayuda. Sobre todo les admiro por el sufrimiento diario al que se ven sometidos. Ven cada día cientos de nobles, tristes e inocentes animales a punto de ser sacrificados en perreras, animales traumatizados o buscando cariño por las calles, dueños irresponsables, perros y gatos vivos tirados en los contenedores de basura, animales atropellados, maltratados, galgos famélicos o ahorcados cruelmente a los que ya nadie quiere porque acabó la temporada de caza o “no sirven”, perros deprimidos entre barrotes, perros que lloran a los pies de una tumba o esperando a sus dueños donde les dejaron. Tienen sus casas y refugios repletos de animales y se desesperan porque no pueden ayudar a más.
También es justo que se lo dedique a todos aquellos que luchan por el derecho de los animales a tener una vida y una muerte digna y sin sufrimiento, a no ser utilizados en diversiones humanas; a los que intentan concienciar a sus congéneres y dirigirles hacia la responsabilidad y el respeto a los animales, a aquellos que fomentan el fin de las camadas indeseadas, del tráfico ilegal y cruel de animales, de la caza furtiva y dominguera; a todos mis congéneres que sienten por el dolor de todos los animales la misma compasión, sean humanos o no, y a los que consideran a su perro, gato, canario,… un miembro más e insustituible de la familia. A todos aquellos que, en resumen, no se muestran indiferentes ante los agravios que sufre nuestro planeta, la naturaleza, nuestro hogar, y nuestros hermanos pequeños.
¡No compres, adopta!
A todos aquellos que me criticarán por escribir esta defensa de los derechos de los animales en vez de una denuncia de las injusticias que sufren los humanos: Está comprobado que las personas que maltratan animales son propensas a maltratar también a sus congéneres. Estoy matando dos pájaros de un tiro… ¡Vaya!, ¡maldito refranero…!
Estoy de acuerdo, quien no se conmueve por el sufrimiento de una animal no se puede conmover por el de una persona. Defender un trato digno a los animales es inseparable de defender la dignidad humana. Quien es cruel, sea con humanos o con animales, carece de dignidad, .
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