Será porque es febrero. Invierno, aunque haga una semana que el sol nos acompaña y nos calienta. Será por eso que todo me cuesta más; levantarme por las mañanas, elegir la ropa, pintarme, cuidar mi dieta, llamar a los amigos, no encerrarme en casa. Tener ilusiones. Y después del plantón de aquel sábado ni leo los periódicos. Apenas hay algo que me importe. Le pido disculpas al mundo.
El gato de la vecina del segundo me ha mordido, pero con cariño, como si quisiera comprobar que soy comestible. Lola quería darme unas galletas que había traído de su pueblo; mientras ella iba a la cocina a buscarlas, yo me quedé en la entrada con el gato, y ahí tuvo lugar el suceso. Los animales me parecen mágicos.
A mí también me cuesta todo más en invierno, me acabo de dar cuenta... ¡y pensaba que me gustaba el invierno!
ResponderEliminarSí, estoy de acuerdo, los animales tienen algo, no sé si mágico, pero sí maravilloso. Están vivos y viven sus propias vidas, ajenos a la mayoría de nustras tonterías...